TME: entornos de riesgo
Afecta a todos los sectores de actividad, como la industria alimentaria, la metalurgia, la limpieza industrial, la construcción y las obras públicas, la gran distribución, etc.
En 2008, 350 médicos del trabajo realizaron una encuesta entre 5.000 empleados del sector minorista. Parece que hay más trastornos musculoesqueléticos entre los empleados del comercio: el 85% de los empleados del comercio sufre trastornos musculoesqueléticos, frente al 75% del conjunto de la población: el 60% tiene dolor de espalda y el 30% sufre dolor de muñecas y hombros.
Diferentes factores influirán en la aparición de TME;
El puesto de trabajo es un factor importante en los movimientos repetitivos. Transporte de cargas pesadas, movimientos precisos de pequeña amplitud, trabajo en altura con riesgo de caída, especialmente si se realiza en una postura incómoda. El uso de herramientas vibratorias o mecánicas, como un accidente con una carretilla elevadora. Ocupaciones que implican posturas de trabajo estáticas, como el trabajo con pantallas demasiado altas o demasiado bajas en relación con los ojos, el uso prolongado del ratón.
También hay que tener en cuenta otros factores, como los personales. El sexo de los trabajadores también influye. Las mujeres se ven más afectadas que los hombres. Se le asignan con más frecuencia tareas que requieren movimientos repetitivos de la mano a un ritmo elevado. Siguen haciendo la mayor parte de las tareas domésticas.
La edad también tiene un impacto significativo en los TME. Determinadas tensiones desencadenan trastornos musculoesqueléticos en los trabajadores de más de 50 años, mientras que no tienen ningún efecto en los trabajadores de 30 años. Un mal estado de salud favorece la aparición de trastornos musculoesqueléticos.
La organización del trabajo afecta a la psicología de los trabajadores y, por tanto, aumenta el riesgo de TME. El trabajo «justo a tiempo», la presión del tiempo, la mala organización del trabajo y la falta de satisfacción en el trabajo serán criterios para la aparición de TME. El lugar de trabajo también puede ser motivo de enfermedades profesionales. La escasa iluminación, los altos niveles de ruido o las malas condiciones térmicas pueden obligar al empleado a adoptar una postura incómoda para acercarse o alejarse de las fuentes de problemas.
Por tanto, es el desequilibrio entre las capacidades del trabajador y las exigencias a las que está expuesto lo que creará los TME.