TME: entornos de riesgo
Hay una serie de factores que contribuyen al desarrollo de los TME. Las malas posturas, un espacio de trabajo inadecuado o los movimientos repetitivos provocan estos dolores.
Para identificar y, por tanto, prevenir los riesgos de TME en su empresa, debe evaluar las tensiones biomecánicas. Así, los movimientos repetitivos, el transporte de cargas, el mantenimiento prolongado de la misma postura, los esfuerzos excesivos o las amplitudes articulares extremas provocarán con toda seguridad TME en los trabajadores. Apoyarse en una mano, utilizar objetos que vibran, trabajar mucho tiempo frente a una pantalla también son causas de dolor que pueden evitarse fácilmente.
La extensión repetida o prolongada del cuello, las posiciones extremas de las muñecas, trabajar por encima del nivel de los hombros y agarrar objetos más allá de la zona de confort son también fuentes de este tipo de trastorno.
Los factores relacionados con el entorno laboral también pueden ser la causa de las enfermedades profesionales. La escasa iluminación, los altos niveles de ruido o las malas condiciones térmicas pueden obligar al empleado a adoptar una postura incómoda para acercarse o alejarse de las fuentes de problemas.
Por último, el estrés de un empleado aumentará el tono de sus músculos y favorecerá la aparición de TME en cuello, hombros y antebrazos.